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La escorrentía proveniente de agua excesiva en los campos agrícolas puede contaminar las aguas superficiales y subterráneas con nutrientes, sales, pesticidas, herbicidas y otros productos químicos excesivos.

El tratamiento de los efluentes para su reúso puede convertirlo en un activo valioso

La agricultura utiliza una gran cantidad de agua: el 70% del agua dulce en todo el mundo se usa en la agricultura y el agua subterránea en los acuíferos subterráneos se está agotando mucho más rápido de lo que los procesos naturales pueden reponerla. La situación en la superficie no es mejor.

En una era de sequías frecuentes y poblaciones en crecimiento, el agua superficial es cada vez más incapaz de satisfacer la demanda. Pero la tecnología moderna tiene el potencial de dar a los agricultores, en efecto, nuevos ríos a través del reúso de agua (reciclaje).

El agua reusada en la agricultura se considera agua no convencional (NCW, por sus siglas en inglés), que es simplemente agua que no proviene de fuentes naturales de agua dulce. Su calidad varía desde efluentes sin tratar hasta efluente de alta calidad desde el tratamiento cuaternario, y desde ligeramente salobre hasta altamente salino. En muchas partes del mundo, los efluentes y otros tipos de NCW se usan sin tratamiento, aunque en tales casos generalmente se diluyen con agua de origen tradicional para alcanzar una calidad adecuada.

Gestión Adecuada de Efluentes

La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) ahora afirma que los efluentes ya no deben tratarse como desechos, sino que deben gestionarse de manera adecuada para producir cultivos de manera segura.

En 2013, la ONU declaró que supuestamente 20 millones de hectáreas de tierras de cultivo fueron irrigadas con efluentes, y se supone que el total no reportado es mucho mayor, particularmente en el mundo en desarrollo.

Los beneficios son muchos. El reúso de efluentes proporciona agua y nutrientes para los cultivos, asegura el suministro de alimentos para las ciudades y reduce la dependencia de los recursos de agua dulce. Pero en ausencia de prácticas seguras, también puede amenazar la salud humana y contaminar el medio ambiente.

El desafío para el reúso del agua en la agricultura, por lo tanto, es mantener una calidad saludable y preservar el medio ambiente tanto a corto como a largo plazo. La viabilidad del reúso de agua en la agricultura depende de muchas variables, como los costos de tratamiento, bombeo y distribución, junto con la demanda local para otros usos, como el riego de paisajismo.

La NCW es a menudo efluentes de fuentes domésticas, municipales e industriales, por lo que su reúso ha sido especialmente rentable en áreas periurbanas. Las áreas metropolitanas y las ciudades crean ríos de efluentes que contienen nutrientes fertilizantes beneficiosos para la agricultura.

El proceso de lodo activado se ha utilizado de manera tradicional para tratar efluentes municipales, pero la etapa de aireación del proceso requiere mucha energía. Sin embargo, recientemente, los módulos del reactor de biofilm de membrana aireada (MABR) enrollados en espiral de Fluence han demostrado ser mucho más eficientes en el consumo de energía debido al uso de aireación pasiva. Las pruebas realizadas en la Universidad de Stanford han demostrado el cumplimiento de los módulos de Fluence con los estrictos estándares del Título 22 para el reúso agrícola de California, y cumplen con los estándares Clase 1A RPC de China.

Otros Efluentes Agrícolas

Otros tipos de efluentes asociados con la agricultura incluyen la escorrentía de los campos después del riego (también conocida como agua de descarga), así como los efluentes de las plantas que procesan productos agrícolas.

No se debe permitir que la escorrentía agrícola contamine las aguas subterráneas porque contiene sales excesivas, nutrientes, pesticidas, herbicidas y otros productos químicos. La escorrentía generalmente se almacena para su reúso en estanques revestidos con arcilla o membranas de revestimiento.

En las grandes regiones agrícolas, el agua de descarga con frecuencia representa una amenaza ambiental significativa para las aguas superficiales, los humedales y las bahías. La aplicación de técnicas de riego modernas y eficientes (goteo, cinta, aplicación subsuperficial y pivote central) reduce significativamente la cantidad de agua de descarga. Sin embargo, donde todavía se usa el riego tradicional, los ahorros por el reúso pueden alcanzar el 50%.

Las plantas de procesamiento de productos agrícolas generan una corriente de efluentes que es alta en materia orgánica y tiene una alta demanda biológica de oxígeno (BOD, por sus siglas en inglés), lo que hace que su tratamiento sea costoso. Sin embargo, los desechos de tales plantas generalmente no necesitan tratamiento para su reúso en el riego de cultivos, lo que aumenta los beneficios del reúso.

A medida que las poblaciones crecen y el cambio climático progresa, el trabajo de abastecimiento de agua dulce y segura para riego agrícola se volverá más difícil, especialmente sin intervención tecnológica. Comuníquese con Fluence para descubrir cómo puede convertir los efluentes en un activo valioso.

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