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El suministro mundial de agua dulce sigue siendo bastante constante, pero la demanda de agua está creciendo considerablemente. A menos que lo planeemos, la escasez de agua se convertirá en un problema en todo el mundo.

Hay diferentes formas de medir en qué magnitud la demanda de agua excede la oferta y su significado

Escasez de agua y estrés hídrico son términos que escuchamos a menudo, pero ¿qué significan exactamente? Depende de cómo se midan.

Indicador de estrés hídrico de Falkenmark

Un método ampliamente utilizado para medir la escasez de agua es el indicador de estrés hídrico de Falkenmark, también conocido como indicador de Falkenmark o índice de estrés hídrico. Define la escasez de agua como la cantidad total de agua dulce disponible para las personas que viven en una región determinada. Mide la escasez de agua como la cantidad de agua renovable disponible por persona y por año, de la siguiente manera: Cuando la cantidad de agua dulce renovable en un país es inferior a 1.700 metros cúbicos por persona por año, se considera que la región sufre de estrés hídrico; cuando esta cantidad cae por debajo de 1.000 m³, se considera que la región experimenta escasez de agua; y cuando la cantidad de agua renovable por persona por año cae a menos de 500 m³, se considera que la región experimenta escasez absoluta de agua.

Este método es simple pero tiene limitaciones, ya que no tiene en cuenta las variaciones estacionales y regionales en la disponibilidad y el uso del agua. Tampoco tiene en cuenta si los recursos hídricos son fácilmente accesibles o seguros para su uso con el propósito previsto.

Ratio de Criticidad

El ratio de criticidad, también conocido como proporción de retiro a disponibilidad, ofrece un enfoque alternativo. En lugar de trabajar en la presunción de que los países utilizan cantidades iguales de agua por persona, este método define la escasez de agua de acuerdo con la demanda de una región versus el suministro de agua. Mide la escasez de agua como la proporción del agua total extraída anualmente en relación con la cantidad total de agua disponible. De acuerdo con este método, una región se considera escasa en agua cuando las extracciones anuales caen entre el 20% y el 40% del suministro disponible, y severamente escasa en agua cuando las extracciones exceden el 40% de los recursos hídricos disponibles.

Si bien este método tiene en cuenta las diferencias regionales en la oferta y la demanda, también tiene limitaciones. No considera las contribuciones humanas al suministro de agua, como desalinización o reciclaje y reúso de agua. Tampoco considera los esfuerzos humanos para reducir el consumo, a través de cambios de comportamiento o tecnologías de ahorro de agua, por ejemplo.

Marco de Contabilidad del Agua Plus (WA+ por sus siglas en inglés)

Para subsanar algunas de esas deficiencias, el Instituto Internacional de Gestión de los Recursos Hídricos, en colaboración con el Instituto de Educación sobre el Agua del IHE-Delft, elaboró una medida de la escasez de agua que adopta un enfoque más amplio. En lugar de basarse en datos locales fragmentarios, el WA+ framework utiliza modelos hidrológicos globales y datos procedentes de la teledetección de acceso abierto para analizar la oferta y la demanda de agua en cuencas fluviales complejas. Este desarrollo tiene en cuenta el agua contenida en la infraestructura de agua artificial, tal como las plantas de desalinización, y también el agua reciclada.

Utilizando este método, se clasifican como económicamente escasos en agua los países que se predice que no podrán satisfacer la demanda futura de agua sin invertir en infraestructura hídrica y mejorar la eficiencia del agua, y los países que no podrán satisfacer la demanda futura de agua incluso si se realizan inversiones en infraestructura se clasifican como físicamente escasos en agua.

Índice de Pobreza de Agua

El Índice de Pobreza Hídrica ofrece un enfoque mucho más complejo. Considera las contribuciones realizadas por los ingresos y la riqueza para determinar la escasez de agua mediante la evaluación de los factores sociales, ambientales y económicos que afectan la disponibilidad de agua.

Planificación para la seguridad del agua

El suministro mundial de agua dulce sigue siendo bastante constante, pero la demanda de agua está creciendo considerablemente. Sin planificación, la escasez de agua se convertirá en un problema en todo el mundo. Invertir en innovadoras tecnologías de tratamiento de agua, como plantas descentralizadas de desalinización y tratamiento que permiten el reúso de aguas residuales, puede ayudar a abordar estos desafíos.

Soluciones descentralizadas llevan el tratamiento de agua justo donde se necesita, eliminando costosas tuberías para entregar agua dulce en el punto de uso o para eliminar aguas residuales. El tratamiento descentralizado ofrece una solución rentable para tratar el agua y las aguas residuales en lugares remotos y áreas urbanas por igual, y puede desempeñar un papel importante en la mejora de la seguridad hídrica en regiones con escasez de agua.

Contacte a Fluence para obtener más información sobre nuestras soluciones descentralizadas de tratamiento de agua y aguas residuales y los beneficios que ofrecen a las regiones con estrés hídrico.

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