El arrecife mesoamericano tiene una rica diversidad de coral y criaturas que están amenazadas por la escorrentía de nutrientes y los efluentes que fluyen hacia las aguas. El tratamiento de efluentes podría ayudar al ecosistema a mantener su delicado equilibrio.
El tratamiento descentralizado de efluentes podría aliviar las amenazas que acechan al segundo arrecife de coral más grande del mundo
Los arrecifes de coral se encuentran en aguas cálidas y pobres en nutrientes. Estos ecosistemas marinos tropicales son ricos en biodiversidad, y los organismos allí presentes se han adaptado a las condiciones. Los nutrientes de las actividades humanas pueden alterar el delicado equilibrio ecológico de los arrecifes de coral con graves impactos en los ecosistemas. La única manera de detener el daño es gestionar la escorrentía de nutrientes y el efluente de aguas residuales que fluye hacia el océano.
Un estudio reciente examinó la contaminación por nutrientes en el arrecife Mesoamericano, el segundo sistema de arrecifes tropicales más grande del mundo después de la Gran Barrera de Coral. Se descubrió que la escorrentía agrícola y los efluentes de las plantas de tratamiento de aguas residuales eran los principales contribuyentes a la carga de nutrientes en la región. El sistema de arrecifes, que se extiende por casi 700 millas, es compartido entre México, Belice, Guatemala y Honduras. Es el hogar de una amplia gama de vida marina, incluyendo tortugas en peligro crítico y especies que son importantes para la pesca local y el turismo. El arrecife, y las industrias que apoya, corren el riesgo de colapsar por la contaminación, la pesca excesiva y el calentamiento del océano.
Demasiado nitrógeno puede ser perjudicial
La contaminación por nutrientes representa una amenaza para los arrecifes de coral y las praderas marinas. Cualquier exceso de nitrógeno, un contaminante conocido, causa “zonas muertas” o áreas libres de oxígeno que están acompañadas de altos niveles de ácido, lo que resulta en condiciones nocivas para la vida acuática. El sindromé blanco, una enfermedad patógena también causada por la mala calidad del agua, conduce al desarrollo de lesiones blancas en el coral y los mata en cuestión de semanas. Madeline Berger, investigadora del Centro Nacional de Análisis y Síntesis Ecológica de la Universidad de California en Santa Bárbara, explicó a Environment Journal:
Nuestro estudio destaca que se necesitarán emplear diferentes estrategias de manejo en diferentes cuencas hidrográficas para ayudar a reducir el aporte de nutrientes que pueden tener impactos perjudiciales en la salud de los arrecifes de coral y las algas marinas en esta área.
Para el estudio, los investigadores utilizaron un modelo global de aguas residuales y un modelo global que cuantifica la huella ecológica de la producción de alimentos para compae turistas que visitan la región cada año. Descubrieron que alrededor del 80% de los arrecifes de coral y el 68% de los lechos de pastos marinos estaban expuestos a nutrientes excesivos en las plumas de las cuencas hidrográficas, la mayoría procedentes de la escorrentía agrícola. Si bien los insumos de nutrientes de las plantas de tratamiento de aguas residuales fueron mucho más bajos que los insumos agrícolas, los investigadores encontraron que las cuencas hidrográficas que contribuyeron a niveles más altos de contaminación tendían a estar cerca de los puntos críticos del turismo.
Actualización del tratamiento de aguas residuales
Si bien la lucha contra la escorrentía agrícola requiere prácticas de gestión agrícola más sostenibles, el impacto de las aguas residuales humanas se puede minimizar actualizando los sistemas de tratamiento de aguas residuales en lugares ecológicamente sensibles.
Los sistemas de tratamiento de aguas residuales de Fluence emplean tecnologías innovadoras para reducir significativamente las cargas de nutrientes, ofreciendo la solución perfecta para pequeñas comunidades, centros turísticos y lugares remotos. La tecnología del reactor de biofilm de membrana aireada (MABR) se basa en la difusión de oxígeno a través de las membranas. Las plantas MABR descentralizadas compactas Aspiral™ de Fluence tienen una huella pequeña con un impacto mínimo en el medio ambiente. La tecnología de MABR es extremadamente eficiente energéticamente y eficaz en la eliminación de nutrientes de las aguas residuales, reduciendo las cargas en los efluentes descargados en el medio ambiente.
Las plantas modulares Aspiral™ están empaquetadas en contenedores de envío estándar, que son escalables y portátiles, y se pueden enviar a cualquier parte del mundo. Ofrecen la solución perfecta para el tratamiento de aguas residuales ricas en nutrientes en cuencas hidrográficas sensibles y regiones costeras.
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