Una red de alcantarillado combinado que transportaba tanto efluentes crudos y aguas pluviales sirvió a la gran población residencial y comercial de Chicago. La cobertura gruesa del suelo urbano impide la absorción de la precipitación, así que, a la vez, si la lluvia excede la capacidad de la planta de tratamiento de efluentes, las aguas residuales crudas fluyen en ríos y otros cuerpos de agua.

Desde 1972, la ciudad de Chicago comenzó a implementar mejoras en su sistema de agua para llevar el agua a los estándares exigidos por las normas de calidad federal y estatales.

Durante precipitaciones fuertes, los tres depósitos de efluentes de la ciudad alivian la presión de la planta de tratamiento de efluentes y un sistema de túnel almacena el agua hasta que pueda ser procesada para el tratamiento. Como el agua no tratada puede convertirse rápidamente en anaeróbica cuando está estancada mucho tiempo, los olores nocivos aparecerían en los embalses.

Después de considerar varias tecnologías que podrían proporcionar aireación en los embalses en distintos niveles de agua, el Cuerpo eligió los aireadores de superficie Tornado de Fluence para proporcionar la oxigenación necesaria. Se instalaron nueve aireadores en los tres embalses de la ciudad, usando la misma configuración para todos.

Para proporcionar aireación a cualquier nivel de agua, cada aireador se monta sobre pontones flotantes inyectados con espuma de poliuretano de celdas cerradas resistentes al agua. A medida que el nivel del agua aumenta, los aireadores flotan en la superficie. Los aireadores se conectan a los brazos de acero y tirantes para que mantengan su posición en el depósito mientras suben y bajan.

Los aireadores Tornado están montados en un ángulo, con su motor y toma de aire por encima de la superficie y sus propulsores de acero inoxidable registrados sumergidos. El agua se mueve a alta velocidad a través y cerca de la hélice, creando una zona de baja presión en el centro. La baja presión aspira el aire a través de una toma estacionaria y por un tubo de tiro de gran diámetro. El aire sale al agua en el centro de la hélice. La hélice crea turbulencia y flujo que puede romper las burbujas de aire, mezclar la cuenca y dispersar el oxígeno.

Durante los periodos secos, los aireadores descansan en el suelo del depósito, con sus motores apagados. Una vez que el nivel de agua llega a 7 pies, los aireadores se encienden automáticamente. A medida que el nivel del agua aumenta, se activan aireadores adicionales para proporcionar cantidades adecuadas de oxígeno a los efluentes. Los aireadores también son accesibles para el funcionamiento manual a través de un panel de control. Cuando los depósitos están cerca de la capacidad, los nueve aireadores están ocupados, circulando lentamente los efluentes en sentido contrario a las agujas del reloj. La rotación y la completa aireación subsuperficial impiden que los efluentes se conviertan en fosas sépticas y eliminen los olores nocivos.

El uso de los aireadores de superficie Tornado ha mantenido los depósitos adecuadamente aireados. Ahorran energía al operar sólo según sea necesario. Además, cada aireador está equipado con un motor de alta eficiencia (PEM) para reducir aún más los costos de energía. Estos motores más grandes están diseñados para trabajar con controladores de arranque suave o de frecuencia variable (VFD) para reducir el consumo de energía y eliminar las penalidades por sobrecarga de potencia.